viernes, 30 de enero de 2015

It's time to.

Ya he tenido mi tiempo para llorar y dormir de estar sumamente agotada. Ya ha pasado el tiempo de duelo que podía permitirme. Ya he podido arrepentirme, sacudirme el polvo de los hombros y decir 'hasta aquí'. No hay penas ni arrepentimientos que valgan. Ni compadecerme, ni martirizarme, ni seguir culpándome. 
Claro que es mi culpa y claro que podía haberlo evitado, pero no lo he hecho y a día de hoy, así, aunque no me guste, están las cosas. La culpa no va a hacerme aprobar. El arrepentimiento no va a estudiar por mí, y nada de lo que piense sobre lo que debería haber hecho va a devolverme el tiempo y la oportunidad que he perdido. 
Así que sólo me queda confiar en mí como siempre he hecho. De todas formas, debo tomármelo con mi filosofía de vida: todo pasa por alguna razón.
Si hay alguien que no confía en el azar soy yo, y sé que si esto ha pasado ha sido por algo. Pero no puedo ni voy a desesperarme; aún hay una oportunidad para hacer las cosas como siempre debieron ser hechas. Eso y solo eso es lo que puedo pensar. Así que aunque no tenga vida propia durante 17 días, voy a dejarme la piel. Sé que puedo.

martes, 27 de enero de 2015

Llegará el día.

Llegará el día en que no tenga que echarte de menos. Y si lo hago, te tendré a tiro de piedra y así dejar de hacerlo. Llegará, lo sé. Te prometo que llegará el día en que no tenga que pensar qué estarás haciendo porque lo que sea que hagas, lo haré contigo. Por muy absurdo, insensato o estúpido que resulte.
El día en que no tenga que desear con todas mis fuerzas tenerte al otro lado de mi cama, abrazándome, porque lo estarás haciendo.
El día en que deje de contar los días para verte y sólo importe el ferviente deseo de pasar el resto de ellos juntos. El día en que mis ganas de besarte, de acariciarte y de abrazarte puedan ser reales y cumplidas.
Llegará el día en que a los dos dejen de ahogarnos los kilómetros y los anhelos. Llegará el momento en que estar lejos sea mera utopía. El día en que pensar en estar separados sea puro chiste y no nos lo creamos. 
No hay un ápice de mí que no tenga claro que sólo tú alteras todos mis sentidos, todas mis terminaciones nerviosas. Sólo tú podías hacerme feliz. Sólo tú y tu sonrisa infinita. Tus ojos castaños. Tu piel cálida. La ternura y el amor con que me quieres. La forma en que me haces sentir. Quien soy contigo, y sobre todo, la persona que me haces querer ser.

Llegará el día en que pueda dejar de hacer todo esto y poder disfrutarte a todas horas, sin tener que pensar que tendré que volver a irme y despedirme, sin pensar que a cada minuto que pasa más me faltas; sin tener que sentir lo injusto y doloroso que me resulta estar así. No quiero nada sin ti, y estar separados la mayor arte del tiempo es algo que cada vez me cuesta más asimilar. No me acostumbro a irme y dejarte aquí, ni a tener que pensar en todo el tiempo que aún falta para volverte a ver. Es exhaustivo, y sinceramente, empiezo a cansarme de extrañarte, de no tener el control de todo esto en mis manos. Resulta extraño para mí no poder acabar con algo que me consume, que me deshace. 
Pero como te he dicho y prometido, llegará el día en que todo esto se acabe y deje de doler. El día en que querer y poder coincidan. El día en que no corra ni el aire entre tú y yo.